domingo, 20 de enero de 2013

Miradas de la India: La experiencia de Isabel

Hoy os traigo algo diferente. No he terminado (como imaginaréis) el relato de mis días en la India. Queda mucho que contar, aproximadamente la mitad del viaje; prometo ponerme con ello en cuanto termine los exámenes. Es decir, que la semana que viene ya tendréis novedades

Pero es que hoy ha ocurrido algo fantástico. La chica española con la que coincidí en mi viaje ha leído el blog y me ha escrito para contarme sus reflexiones al respecto. Me ha parecido muy interesante, y creo que puede ser bastante enriquecedor añadir los puntos de vista del resto de los voluntarios. ¡Lo intentaré, a ver si se prestan!

De momento aquí os dejo el primero. ¡Espero que os guste!

La experiencia de Isabel

Isabel García vive en Madrid. Es economista y centra ahora sus estudios en la Responsabilidad Social Corporativa. Ha sido voluntaria también en un campo de trabajo en Tailandia y en Tanzania. Asimismo, ha coordinado este verano un campo de ecodesarrollo rural con voluntarios internacionales en Salamanca. Todo ello de la mano de la organización SCI (Servicio Civil Internacional).


"Me encanta, Jara, gracias de nuevo por transportarme a aquellos días...

A mí también me parece un tema muy complicado... Recuerdo que yo también me sorprendí muchísimo y me indigné. Pensaba que [el matrimonio concertado] era un práctica obsoleta que se practicaba en el ámbito rural, pero me encontré con chicas universitarias e inteligentes, con las mismas ansias de conocer y vivir que las mías, relegadas a un destino prefijado por otros...
Recuerdo que hablamos mucho del tema… Pensé mucho sobre ello y me puse a recordar la historia occidental, pues muchas veces, para poder entender un comportamiento tienes que remontarte a lo que conoces.

En Europa, durante siglos, se ha procedido a un comportamiento similar, si bien no era prefijado en la mayoría de los casos por los padres de los casamenteros, era del todo inconcebible casarse sin su apoyo y consentimiento. Buscabas para tu progenie a una pareja que procediera de una familia similar a la tuya. cristiana, devota, de una posición social similar si no igual… (¿Os imagináis a una campesina que aspirara a casarse con el señorito del pueblo? Harto complicado).


En España la religión, a grandes rasgos ha sido homogénea (ya se encargaron los Reyes Católicos de que así fuera). Pero en la India, la religión es un auténtico mosaico. Si lo unimos a las casi 3000 subcastas que se encuentran en la práctica, tenemos un país con una riqueza cultural amplísima. A esto hay que añadir el idioma. La India cuenta con 18 lenguas oficiales, con distintos alfabetos incluso. Esa es una de las razones por la que el inglés permaneció como lengua oficial, con un fin unificador (que no quiere decir que todo el mundo lo hable, claro).

Si hacemos la combinación de subcastas, las ramas del hinduismo e idiomas, nos sale un número desorbitante. Las diferencias en los estilos de vida, para los occidentales muchas veces imperceptibles, para ellos son abismales. (Un dato que me hizo gracia fue que para ellos todos los europeos, personas y países, eran lo mismo. Daba igual un protestante inglés que un andaluz católico o un finlandés ateo. Nosotros vemos la diferencia. Quizá ahora, con las nuevas tecnologías y la globalización creciente, las nuevas generaciones son cada vez más homogéneas, pero remontémonos 100 ó 200 años atrás, donde las prácticas religiosas marcaban un hito en la vida de las personas. Imaginemos que a principios del siglo XX a una andaluza devota que se casa con un inglés protestante. Imaginemos cómo se sentiría cuando se niega a comer carne durante determinados días, o el pecado que ve a su alrededor cuando otros lo hacen, por no hablar de las diferencias culturales y de idioma.)


Del tiempo que estuve en la India tan sólo pude atisbar, de lejos, la punta del iceberg. Que una chica llevara un aro en la nariz implicaba que podía ser de la subcasta X, pero también del Y, porque estaba permitido, no obstante llevaba el sari plegado en el hombro en vez de en la cabeza lo que implicaba que seguía la rama del hinduismo Z, pero no comía carne, por lo que implicaba…etc etc.

Recuerdo una conversación con unos chicos en Jaipur, hablando sobre el matrimonio. Nos decían que los europeos éramos muy individualistas y egoístas. Los indios, cuando se casan, casan a dos familias. Hacen toda su vida en familia, no conciben la vida sin ella. Económicamente, en la gran mayoría de los casos, no podrían permitirse otra cosa. Como antiguamente en España, donde en los pueblos vivían todos juntos o en casas contiguas. El progreso tecnológico, la mayor redistribución de riqueza y el bienestar económico asociado a ello, han hecho que vivamos en ciudades distintas a nuestras familias y que incluso podamos vivir solos. Ellos no lo entienden. Ves en su mirada tristeza ante tu soledad. La mayor redistribución económica entre las clases sociales europeas ha hecho que tengamos una mayor independencia individual (bueno, con todo lo que está pasando, ya veremos), pero cuando tienes que depender de la unidad familiar para subsistir, tienes que amoldarte a las exigencias de la misma e intentar mantener o mejorar la convivencia.


Por otra parte está la lucha de las mujeres. El 80% de las mujeres en el mundo se ven relegadas a un segundo plano, carentes de independencia y dominadas por los hombres. Europa somos la excepción que pensamos es la regla. Ha habido muchos sacrificios y muertes de mujeres para conseguir llegar a donde estamos. La revolución industrial, la carencia de hombres tras la segunda guerra mundial, nos ayudaron en la lucha, pero es una lucha ardua. Recordemos que hasta bien entrados los 70, en España una mujer no podía abrir un negocio sin el consentimiento de su padre o su marido. Hablamos de la generación de nuestras madres.

Con toda esta reflexión, que se me ha alargado más de lo que tenía pensado, sólo quería ayudar a entender los porqués, que no quiere decir que lo apoye. No obstante, creo que las transformaciones de la sociedad tienen que darse paulatinamente, no perder la esperanza del cambio y el cómo conseguir una unión familiar, de valores comunes (una cosa que me encantó de la India) y conseguir o preservan la independencia, es algo que a día de hoy no consigo enlazar…"

No hay comentarios:

Publicar un comentario