miércoles, 1 de agosto de 2012

Día 2

"La más larga caminata comienza con un paso". (Proverbio hindú)

Esta noche he dormido poco. El colchón es duro, y cada vez que me muevo -cosa que hago frecuentemente- me despierto. Por eso, cuando Kacper me ha despertado a las 8 de la mañana, me ha costado despegarme de mi saco de dormir.
Todavía adormilada, me he dirigido al cuarto de baño a darme una ducha. Pero no ha sido una tarea tan fácil. 
Efectivamente, esta es una ducha típica india. Es decir, un grifo, un cubo y una jarra pequeña. No sabía que darse una ducha así pudiera ser tan complicado, pero es evidente que me falta práctica, porque en tan solo dos minutos he encharcado todo el suelo, y no he conseguido lavar del todo bien mi pelo. Decir que el agua estaba fría es innecesario, ¿verdad?
La segunda sorpresa del día ha sido encontrar una picadura de mosquito en mi pierna. Un mosquito, un bicho, no lo sé. No me pica mucho, pero sea lo que sea es un especimen que ha conseguido atravesar mi saco de dormir y mis pantalones impregnados en repelente de insectos. Me río por no llorar, porque no estoy tomando nada contra la malaria. Kacper se ríe y vaticina mi muerte: "¡Es tu último día en este mundo, así que más te vale aprovecharlo bien!". Puede ser. 
En cualquier caso, la rutina india empieza a hacerse patente. A las 8:30 Kacper y yo bajamos a desayunar a la cafetería, porque por fin iba a comenzar la orientación de voluntarios. En el camino nos encontramos con Mak, un chico de Bangladesh que también es voluntario. Nos resulta complicado elegir qué desayunar, porque no entendemos los alimentos, ni hay nada que nos indique qué puede ser bueno para desayunar. Así que optamos por la vía más sencilla. 
-Algo que no pique, por favor. 
Y entonces, el camarero lo hace. Ese gesto que hacen los indios y que no hemos parado de observar en todo el día. (*) Una especie de agitación con la cabeza, de lado a lado, muy serios. Los tres nos observamos con inquietud. ¿Ha dicho que sí? ¿que no? ¿se ha ido sin más? Mirando a nuestro alrededor vimos que muchos hacían ese movimiento de cabeza de manera constante. Por suerte, el camarero vuelve con un "Butter Dosa", que es... difícil de definir. Dejo la foto, mejor. Todo lo que sé es que sabía a mantequilla, y que estaba riquísimo. La salsa picaba tanto que era impracticable, pero por lo menos mi estómago aguanta tranquilo.

Las horas pasaban, y Mr.Ganesh seguía sin hacer acto de presencia, así que le llamamos. 
-¡Oh, no, no! Orientación hoy no. Es que he pensado que, como todavía no estáis todos los voluntarios... Mejor disfrutad de Bangalore, ¿sí?
Así que eso hemos hecho. Mak, Kacper y yo nos aventuramos por las calles de la India, y el miedo que teníamos ayer deja paso a una extraña sensación de adrenalina. Cruzar la calle es respirar hondo y atravesar los coches en zigzag. No hay pasos de peatones, ni semáforos, ni un claro sentido del tráfico. 
Las pocas horas que he dormido me permiten disfrutar de las vistas con una mirada distinta a la de ayer. Y no mentían: la India es de colores. Y de contrastes. Las casas son turquesas, verdes pistacho, amarillas. Algunas parecen haber sobrevivido a un bombardeo, y todas parecen colocadas a diestro y siniestro y con rapidez, como con prisas. Como si toda la ciudad fuese fruto de un arrebato adolescente. Un hotel con balneario no dista demasiado de imágenes como esta: 
Cuesta observar algo así sin detenerse incrédulo. Pero no somos los únicos que abrimos los ojos de par en par. Las mujeres, peinadas en trenzas adornadas con guirnaldas de jazmín y envueltas en saris o en salwar camises (la alternativa "moderna" a la tradicional indumentaria hindú), nos observan como si acabásemos de salir de una nave espacial, ¡o peor!, de una película de Hollywood. El pelo rubio de Kacper no pasa inadvertido, y las chicas no le pierden de vista, aunque no terminamos de apreciar si es admiración, curiosidad o recelo lo que advertimos en sus miradas. También los hombres nos miran; pero estos, ataviados con vaqueros y camisas al más puro estilo occidental, lo hacen con más descaro e incluso nos sonríen. 
Finalmente, y con el deseo de apreciar nuestro día libre y, según Kacper, mi último día de vida, hemos cogido un AutoRickshaw para ir a un jardín botánico y así ampliar nuestros horizontes. El viaje en Rickshaw ha sido indescriptible. El vértigo y el miedo de vernos esquivar los coches sin ningún tipo de prudencia se convirtió de pronto en una risa floja compartida, al tiempo en que nos agarrábamos a los barrotes y gritábamos: "This is India!" a las carreteras abarrotadas. 
Estoy agotada. Dicen que la formación empezará mañana, y no puedo esperar. Parece que, después de todo, esto no está tan mal...


(*). Quería que todos pudierais ver el gesto al que me refiero, así que lo he encontrado en Youtube. Para aclarar, Kacper y yo terminamos por descubrir su significado: "Sometimes yes, sometimes no, sometimes neither, sometimes both". (A veces sí, a veces no, a veces ninguna de las dos, y a veces las dos cosas). Vamos, que es su forma de decir "te escucho", sin responder a la pregunta. Curioso a la par que útil. Pero a veces, sobre todo si no lo dominas, puede resultar desquiciante. Kacper y yo, por lo pronto, practicamos en el espejo. 



>> Lee el día 3

7 comentarios:

  1. una compañera de trabajo que hace unos años estuvo de backpacker en la india decía que el movimiento de cabeza ese que tanto hacen significa "I acknowledge you, I know you're there", pero nada más, como tú dices "te escucho", pero sin dar contestación xDDD

    estoy viendo que mi amiga ashwini (que por cierto es de bangalore) me tiene bien educada, igual hasta sobreviviría un viaje a la india sin flipar y sufrir un ataque de ansiedad... en sri lanka sobreviví, aunque eso eran vacaciones planificadas, hmmm, igual no cuentan...

    la mejor forma de explicar lo que es un Dosa es decir que es como un Crepe, pero hecho de otras cosas. probasteis los dulces? lo sobrevivisteis? porque la gente habla de las especias, pero la cantidad de azúcar que usan en sus postres es mortal :P

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    1. Ohhh, yo también conocí a una ashwini de bangalore :D lo peor de la india fue la desorganización, y problemas alimentarios que contaré en próximos posts xD Pero vaya, fue un poco el shock. Yo había leído mucho sobre la India, pero aún así al verme allí sola... jajaja igualmente, nada de ataque de ansiedad. Flipar flipé, ¡claro!

      Dosa como un crepe...? No sé, los chapati sí me parecían más crepes, pero esto me resultaba más como una masa crujiente y aceitosa.

      ¡Y el azúcar de sus postres me encanta! ^^ de todas formas es que a mí lo dulzón me gusta mucho. Aunque lo probé un día nada más, porque el resto de los días, en la aldea, sólo comí arroz blanco

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    2. por lo visto ashwini es como maría para nosotros, muy común, vamos... xDDD

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  2. Buenas! Estoy leyendo tu blog por recomendación de Emily Roberts y no se equivocaba cuando me envió aquí! Está muy bien escrito y, yo, que me voy a hacer un voluntariado al norte de la India en un par de semanas, estoy aprendiendo bastante para mi viaje gracias a tí :) Tengo ganas de seguir leyendo tus aventuras. Saludos!

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  3. Ay, Jara. ¡Qué valiente! Yo no hubiera sido capaz. Te admiro. Tengo ganas de leer las cosas que te pasaron los días siguientes :)

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  4. Me ha encantado leerte y volver a transladarme a ese hotel de Bangalore, donde el ruido del tráfico era la banda sonora y los desayunos de la mañana una estupenda aventura...deseando que me transportes de nuevo..

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    1. Gracias Isa :) Espero que te guste el blog! Irás viendo conforme pasan las entradas que me meto más en temas un poquito peliagudos. He inventado el nombre de Indhira para proteger algunas cosas que nos contó una de las chicas, a la que estoy segura que reconocerás :) Me parecía justo respetar su privacidad

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